El vecino desconocido

Así luce actualmente el edificio Albión - Noviembre 2017

Por allá en la Caracas de los años 60, una señora en compañía de sus cinco hijas y de su único hijo, llegó a la ciudad capital procedente de Barquisimeto a altas horas de la noche. Aún cuando la capital era un sitio seguro, que una mujer estuviera sola con unos niños, no era algo muy recomendable.

Llegaron específicamente al edificio Albión, ubicado en la Avenida Este 0 de la parroquia La Candelaria, lugar donde vivía la madrina de una de las niñas. La calle lucía oscura, sola y fría.

Desesperada, la madre en sus pensamientos pidió ayuda para que les abrieran la puerta, pues aguardaban en la puerta del mencionado edificio con sus corotos o equipaje.

Al rato, llegó un hombre alto, rubio y fornido que sin mediar palabra alguna abrió la puerta y entró. Ella aprovechó el momento, y junto a sus hijos ingresó al edificio.

Al día siguiente, cuando conversa con la comadre sobre la persona que les abrió la puerta, la residente le dice que en ese edificio no vive nadie con esas características. De hecho, ningún vecino reconoció a una persona con la descripción aportada por la madre.

Aún hoy, lo sucedido aquella noche es un misterio.

P.D. 1: La Candelaria es una de las varias parroquias que posee la ciudad de Caracas, la capital de Venezuela.

P.D. 2: El relato está basado en un hecho real pero se le hicieron unos pequeños cambios para hacerlo más llamativo. Tanto la madre como 2 de sus hijos ya murieron pero 4 de las hijas aún siguen con vida y actualmente viven en distintas partes de Venezuela.

P.D. 3: Si bien en esa época Caracas era una ciudad muy segura, no era conveniente que una mujer estuviera sola en la calle a esas horas y menos en compañía de sus hijos.

P.D. 4: En esa misma calle y a muy pocos metros está el reconocido negocio de línea marrón, Pablo Electrónica. Asimismo, el edificio está justo al lado del Puente Anauco que pasa por encima de la quebrada Anauco. Hoy en día, el área de la quebrada se conoce como, el Paseo Anauco. En aquella época se podía ver la quebrada y el agua correr. En la actualidad, es una zona de alta peligrosidad, al menos en horas de la noche.